Mi nombre es Ana Bertha Plata Pérez, soy mamá de Diego Pérez y su discapacidad es artrogriposis distal. Al principio fue difícil porque los médicos nos decían que tenía una serie de complicaciones, como hidrocefalia y displasia de cadera, y que Diego no iba a caminar ni hablar, simplemente no iba a vivir más de 15 días.

Afortunadamente pudimos venirnos a México, a los cinco meses lo operan de una tendonía,  después de esto, recurrí a varios hospitales buscando la forma de rehabilitar a mi hijo hasta que llegué al ABC y me comentan de Gaviota IAP. Así es como llegue aquí con mi hijo, a sus ocho meses y con su primera operación.

Desde que llegue fue la atención, desde la fisioterapeuta como de la trabajadora social, que fue de los primeros contactos que hice.  Me apoyaron en todo momento, Diego salió de aquí a sus siete años, leyendo, contando y siendo una persona independiente.

La verdad es que si me sorprendió  su desarrollo porque cuando llegó, no se movía, él estaba en un porta bebé, es más él ni se giraba. En un principio me daba miedo, porque sentía que lo iban a lastimar pero comencé a ver sus cambios en cada terapia. Él empezó a caminar a los dos años, dos meses, cuando los médicos nos habían dicho que ni siquiera iba  a caminar.

En la Gaviota, pagaba una cuota muy minina para todo lo que él hacía aquí. Recuerdo que eran como quince pesos, pero mi hijo asistía a terapias del lenguaje, equinoterapia e hidroterapias.

Todo este proceso fue de mucha fuerza, voluntad, lucha, pero también fue mucho amor. El amor que Gaviota día a día da a cada niño. En la Gaviota no solo te dan las bases sino la fuerza para continuar, va viendo los procesos escolares y médicos, todo esto para mí, es impactante porque no veo a otra institución como Gaviota, que sigue paso a paso cada proceso.

Yo los invito a que sean padrinos o donantes. Es bien importante porque todas estas terapias, material y procesos que hay dentro de las aulas son muy caros. Por eso, todo lo que aportan, todo lo que dan, todo se utiliza, todo se da y se aprovecha  de alguna u otra manera.

Para Diego, mi hijo, fue importante que hubiera un padrino, que éste también venía, lo visitaba y lo acompañaba en su proceso: sus avances y logros.

Hoy Diego es un niño en desarrollo pero muy feliz.